domingo, 28 de noviembre de 2010

Cinderella


Encerrada en una casa pulida con un trapo empapado de la sangre de las yagas de mis propias manos provocadas de tanto tallar, con el compas del baile de la escoba y el trapeador. Un dos tres.

"¿Quién perdería las manos por lavar unos trastos finos?"

Al inicio del alba cuando mis sueños siguen dormidos y l pena andante a emprendido su camino, sigo el ritmo seductor del sacudidor, pues el mi juguete favorito por convicción. Un dos tres.

"¿Quién perdería las piernas por bailar en compás de la lavadora o el jalador?"

Y aunque a terminado el día y parece que mis deberes también, se que si cierro por un momentos mis ojos al día siguiente retornaran, y es mi trabajo terminar los deberes para salir una que otra vez.

"¿Quién perdería el corazón por probar de nuevo los besos de un prohibido amor?"

Y aunque e tratado de olvidar y calmar el deseo con el dolor de haberme cortado las manos lavando unos trastos finos, no lo he podido lograr.

He intentado distraerme perdiendo el sentir de mis piernas bailando al ritmo de un solo vals, pues ese vals es la amarga sonata que me repite una y otra vez que no debo estar junto a ti.

Al final de cuentas sin tener noción perdí mi corazón, pues ya no puedo mantener corsura al primer chistido de tu peculiar voz.

1 comentario:

  1. Migeeeel!!
    sigo esperando la continuación de "bastarda"
    y este escrito esta un poco fuera de tu estilo pero no por eso deja de ser bueno
    nos vemos luegoo!
    cuuidate enemigo!

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