Bastarda...

En esta noche en mi balcón se encuentra como siempre una silla que es cómoda y al lado una mesa pequeña con cajetilla que alberga un solo cigarrillo. Me siento en la silla y decido fumarme en esta cálida noche el último cigarro mientras la luna que reposa frente a mi parece escuchar mis pensamientos.

Prendo el cigarrillo.... vienen recuerdos de mi infancia a mi mente.

Viéndolo desde un punto de vista humano mi niñez no fue muy grata, al haber nacido del vientre de una mujer usada solo como objeto sexual fuera del matrimonio de al que debería llamar "padre", no me tomaban precisamente como una dama, la denigracion marco a mi madre el día que fui concebida y a mí desde el día que nací. Pobre de mi madre.

Le di la primera fumada al cigarro.

"Bastarda".... eso es lo que soy y aunque ahora esta palabra no me pesa, a mi corta edad era mi gran motivo de llanto.

Y aunque tenía una gran luz en mi vida que era mi madre y recogida por unas personas que no me dejaron en la calle, me sentía sola. Sonrisas falsas se tornaban en mis labios y palabras cálidas querían llenar mi corazón, (la verdad es que nunca les abrí la puerta).

Los años pasaron, yo no tenía hermanos así que me enfoque lo más pronto posible a ser lo más independiente que se pudiera, aunque al principio me enfrente a tropiezos, heridas y lágrimas, después no tenía la necesidad de pedir favores, aprendí a lavar mis ropas y la de los demás, aprendí a dar descanso cuando yo me ocupaba de la limpieza de la casa, por que aunque yo viviera ahí, no era mi casa. (Era el tributo en agradecimiento a los seres que no me dejaron a mi suerte).

Saco el humo de mi boca... Se bolatiliza con el viento.

No soy muy lista y aprender algo me cuesta trabajo, cuando era niña eso no era diferente, así que organizaba mi día para que el tiempo no me comiera, por tanto como tal vez es muy notorio, amistades no tenía muchas, solo una y en para entonces era suficiente. (El sentirme útil me llenaba de felicidad).

Mi amiga era todo para mí, era a la única que le contaba mis pesares, a la que le confiaba mis secretos, le conté cosas que ni a mi madre le contaba, era como una hermana para mi.

"La bestia por fin saco las garras, lluvia salada para mi corazón."

No era muy dada a pasearme por el patio de la escuela por el recreo, pero un día se me había olvidado mi almuerzo y para llegar a la cafetería tenía que pasar por el.

-"¿Ya supiste lo nuevo sobre ella? Ahora su vida me da más pena, pobre tipa. Murmullaba una niña de mi salón.

Me quede a escuchar y al seguir oyendo la conversión a escondidas supe que hablaban de mi, y aunque lo quisiera negar sé que solo hay una persona en la escuela que sabría eso sobre mi.

"Clausurado por reparación, Atentamente: Mi corazón"

La desconfianza me envolvió y no le volví a contar nada a nadie y hasta la fecha es así.

La verdad del mundo empezaba a tornarse frente a mis ojos.

continuará......