sábado, 12 de diciembre de 2009

Tormenta de verano



Salí de casa y arribe el coche que se convertía en un carruaje en el cual desfilaba el crucero de nuestro amor.


Al conducir, las calles me hablaban de ti recordando hermosos recuerdos donde al parecer soy la única que tiene conciencia de esos fantasmas del pasado. Cruce la esquina donde me tope contigo, claro como no recordarlo, si yo iba caminando distraída como siempre y tú leyendo el periódico sin dirigir un segundo tu mirada al frente, chocamos y tu primer palabra hacia mi no fue la más amable de todas pero es la primera con la que comenzó nuestra historia y para mi fue la más dulce que me podrías haber dicho.

No pude evitar suspirar.


Seguía recorriendo mi camino, pase por el cine donde tuvimos nuestra primer cita, a donde después de tantos rodeos me llevaste al haberme confesado que te gustaba, en aquel lugar me enseñaste que las palomitas son la comida perfecta cuando se quiere sentir que estas a solas con la persona que te gusta y que una habitación donde no existen las ventanas se pueden observar paraísos inimaginables.


El cielo empezó a llorar por mí.


Mis dientes se apretaron entre sí cuando vi por el retrovisor aquella joyería que fue testigo de la unión de nuestro amor, esa sensación tan indescriptible que salió dentro de mi ser cuando sentí el rose en mis dedos del anillo de bodas que nunca me quito por que me enorgullezco de ser tu mujer o al menos de pensar que lo soy.


Piso con fuerza el acelerador.

Dime por favor que todo este tiempo no fue en vano, grítame que aquel vacio que siento aún costado de mi cama es mi temor a perderte, por favor hazme saber que me amas, dame… dame algún detalle, alguna señal de que te mueres por mi, de que me deseas como la primera vez que me hiciste tuya, y si nada de esto es lo que ya sientes, miénteme por lo que más quieras, miénteme por que si la verdad es a lo que más temo no la quiero oír, no quiero que me mates de un solo golpe, déjame vivir en aquel espejismo de tu pecho de donde soy creo tener la ilusa idea de que me pertenece a mí y a nadie más. No me dejes.


El parabrisas de mi auto se ilumino con una luz radiante acompañado de un sonido estruendoso, después, mis ojos se cerraron.


Continuará

3 comentarios:

  1. aaaaaaaaaahhhhhhhhhh maldito maldito!!!!! y sigues manteniéndonos en suspense... aarrrrrggghhhh!!!!!! X_X creo que moriré.
    Ya quiero lo que sigue eh? me gusta me gusta.
    Te amo miguel @_@

    ResponderEliminar
  2. aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
    noma
    enemiigO tan chiingOn qe tengO!!!
    aaaaaaa
    noma
    la siguiente pOr favOr!!!
    perO yaaa!!!
    jaja
    te amO!!!

    ResponderEliminar
  3. ah no ma genialisimo como siempre
    no se porque pero hay coss que pones aqui y a eces las pienso
    cha jojo
    en fin te amooooo
    genil sigue asi
    byebye

    ResponderEliminar